La joya del Príncipe es la lámpara
Los aficionados siempre nos hemos fijado en la sala 7 de los cines Príncipe, y no sólo porque en ella se haya introducido ahora lo último en tecnologías de sonido. Nuestra mirada siempre se ha elevado hacia su llamativa y espléndida lámpara, que permanece desde los tiempos del primitivo teatro Príncipe. Algunos veteranos la recordaban más grande y, sí, resulta que tenían razón. Como se aprecia en estas fotografías del fondo de Paco Hernández, la lámpara del Príncipe era aún mayor. Cuando en 1994 se cerró la sala única del teatro Príncipe para reconvertirla en multicines, la Sade quiso mantener este elemento tan característico, pero como su gran tamaño dificultaría la visión en una sala de menor tamaño, se optó por adaptarla, suprimiendo su cuerpo más amplio y restaurando y manteniendo el resto.
La lámpara que preside el techo de la sala 7 es, pues, la parte central de aquella sobre la que, cuando se inauguró el Príncipe en julio de 1922, se dijo: “Es la mayor lámpara fabricada en España, que aparece como joya en la bóveda del teatro”. Lo escribieron en ‘La Voz de Guipúzcoa’, al contar que “el público tuvo ocasión de admirar los diversos efectos de luz para iluminación de la sala y principalmente la monumental lámpara zenital que con arreglo al proyecto del señor Cortázar (el arquitecto Ramón Cortázar) han construído con habilidad y arte extraordinarios los señores Terán y Aguilar de Madrid”. Aquella impresionante luminaria contaba con 220 bombillas.
(Fotografías sacadas el 14 de noviembre de 2004 por Jose Mari López para ‘El Diario Vasco’).
El Autor
El periodista donostiarra Mikel G. Gurpegui ha trabajado en ámbitos muy diversos, aunque quizás sea más conocido por dos de sus colaboraciones habituales en las páginas de ‘El Diario Vasco’, las críticas de cine y la sección ‘La calle de la Memoria’, en la que se acerca al pasado de la ciudad a través de la hemeroteca. Por primera vez, une ambas facetas, la cinéfila y la retrospectiva, en este blog, un proyecto de investigación, documentación y difusión apoyado por el Grupo Sade, protagonista y heredero de la historia de la exhibición cinematográfica en San Sebastián.