Álbum de recuerdos compartidos sobre las salas de exhibición cinematográfica de San Sebastián

Jose Mari Goenaga: La diferencia entre las 5 y las 7:30

Muchos de nuestros ritos de paso los hemos vivido en los cines. No sólo fue importante entrar por primera vez en una sala a ver una película sino también el pasar de la primera a la segunda sesión. Lo sabe el cineasta ordiziarra Jose Mari Goenaga, codirector de ‘Lucio’, ’80 egunean’ y ‘Loreak’, quien comparte con los seguidores de Aquellos Cines Donostiarras un recuerdo personal situado en el Príncipe.

“Mary Poppins siempre acaba volviendo. Hacía 20 años que la película se había estrenado por primera vez. En ese momento yo no lo sabía pero con el tiempo me daría cuenta de que aquella tarde de verano había asistido a un reestreno. Tendría unos 8 años, y a pesar de que la película sea un referente para el cine familiar, yo recuerdo aquel pase como un bautismo en el mundo adulto. Y es que era la primera vez en mi vida que acudía a ver una película ¡en segunda sesión! Allí no había grupos de niños alborotados gritando excitadísimos (o tal vez los habría, pero mi cerebro los ha borrado de mi memoria). En cambio, sí estábamos mi hermana mayor y yo, acompañados por mi amoña (que pasaba el mes de agosto con nosotros). Estábamos en el mismo cine Príncipe de otras veces, pero todo parecía distinto; la diferencia entre las 5 y las 7:30 de la tarde, no era sólo de dos horas y media, era la diferencia entre la infancia y la madurez.

No sé si todo ese halo de ‘acontecimiento importante’ me influyó a la hora de percibir la película, pero lo cierto es que lo que presencié durante las siguientes dos horas y media me dejó pegado a la butaca. Contemplé ojiplático cómo aquella niñera sacaba innumerables objetos de una bolsa mágica, cómo se metía en el interior de los dibujos que su amigo Bert pintaba en el suelo del parque, o cómo el tío Albert levitaba cada vez más alto cuanto más se reía. Yo quería vivir dentro de ese mundo y poder hacer todo aquello. Ya lo sé, no son aspiraciones muy maduras para un espectador de segunda sesión, pero lo curioso es que aunque hayan pasado los años en cierta forma sigo deseando lo mismo. Aquella fue la primera vez en la que experimenté esa maravillosa sensación que es que una película se te agarre a las entrañas y no te suelte en días, haciéndote vibrar de emoción cada vez que te acuerdas de ella.

Hace 2 años y medio volví a reencontrarme con Mary Poppins, o al menos con parte de ella. Ocurrió a raíz del estreno de ‘Al encuentro de Mr. Banks’, la película que contaba de una forma bastante edulcorada (¿y por qué no? los fans de Mary Poppins sabemos que “con un poco de azúcar pasará mejor”) la relación de Walt Disney con P.L. Travers, la escritora de las novelas de la famosa niñera. A priori, me enfrentaba a esa película con sentimientos encontrados: Con ganas de redescubrir aquella magia de la infancia, pero consciente de que iba a ser una tarea difícil. En esos 30 años habían cambiado muchas cosas: Mi amoña hacía 4 años que nos había dejado, mi hermana tendría cosas mejores que hacer y el antiguo y majestuoso cine Príncipe había mutado en un multicine de 10 salas. Además, la película en cuestión ni siquiera se proyectaba allí, sino en los cines Antiguo Berri. Por no haber, no hubo ni segunda sesión; paradójicamente, en esta ocasión fui a una primera sesión de un domingo cualquiera de un mes de febrero. Una primera sesión en la que no había niños alborotados, tan solo unos pocos adultos con ganas de reencontrarse con la mágica institutriz o al menos con un reflejo de ella. Definitivamente, todo aquello olía a desmitificación, cuando no a frustración. Sin embargo, cuando al final de la película la arisca P. L. Travers se emocionaba al ver, desde una butaca de cine, a su creación en pantalla grande, yo no pude más que emocionarme con ella. Ella lloraba por reencontrarse con su padre (encarnado por Mr. Banks), yo lo hacía por reencontrarme con mi abuela, con mi hermana, con aquel cine Príncipe y aquella segunda sesión de verano de cuando tenía 8 años”.

(Fotograma de la película ‘Mary Poppins’).(Fotograma de la película ‘Mary Poppins’).

El Autor

Mikel G. Gurpegui1jul2015_3

El periodista donostiarra Mikel G. Gurpegui ha trabajado en ámbitos muy diversos, aunque quizás sea más conocido por dos de sus colaboraciones habituales en las páginas de ‘El Diario Vasco’, las críticas de cine y la sección ‘La calle de la Memoria’, en la que se acerca al pasado de la ciudad a través de la hemeroteca. Por primera vez, une ambas facetas, la cinéfila y la retrospectiva, en este blog, un proyecto de investigación, documentación y difusión apoyado por el Grupo Sade, protagonista y heredero de la historia de la exhibición cinematográfica en San Sebastián.

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