Gaxen y sus “films raros, singulares o discutidos”
Ya a finales de 1968, a los cinéfilos donostiarras se les habían puesto los dientes largos al leer el anuncio de la próxima apertura en el interior del Gran Kursaal de la “sala especial, en versión original, Ynesa de Gaxen” y su lista de películas ya contratadas, entre las que estaban obras como ‘Hiroshima, mon amour’, de Resnais, ‘Mamma Roma’, de Pasolini, ‘Repulsión’, de Polanski, ‘Dies Irae’, de Dreyer, ‘Persona’ y ‘Los comulgantes’, de Bergman o ‘El extranjero’, de Visconti. Otro tipo de cine, con otras inquietudes, llegaba a San Sebastián gracias a la empresa Gaxen, S.A. (presidida por Luis Zulaica, con Carlos Blasco de Imaz como consejero delegado).
El 1 de enero de 1969 empezó la vida de aquella primera sala ‘especial’ o ‘de arte y ensayo’ de la ciudad. En ‘El Diario Vasco’ recibían así la noticia: “Ayer fue inaugurada la Sala Especial Gaxen, en el edificio del Gran Kursaal, que va a ser dedicada al llamado ‘cine de ensayo’, que, en realidad, es un cine no comercial o que no puede ser explotado comercialmente. Esta Sala Especial Gaxen viene a proporcionar a San Sebastián una punta de vanguardia artística que era necesaria tanto por la calidad cultural de la ciudad como porque ésta es sede de unos de los tres festivales internacionales de cine de primera categoría”.
Dotada con quinientas butacas, la sala se abrió con ‘Hiroshima, mon amour’, de Alain Resnais, promocionada en la publicidad con una frase de André Malraux: “Es el film más bello que jamás he visto”. Aunque tuvo una trayectoria algo corta, desde enero de 1969 hasta su cierre en septiembre de 1972, muchos donostiarras recuerdan el impacto que supuso ver aquellas películas diferentes y en versión original subtitulada (posteriormente, el Pequeño Casino tomaría el testigo como sala de arte y ensayo de la ciudad).
Un comentario publicado en su apertura recordaba la figura de Inesa de Haxen, homenajeada en la denominación del nuevo cine: “Acusada de ser bruja, ella mantuvo una y mil veces que no lo era, y nada ni nadie pudo apearla de esa declaración. A través de la actuación de los inquisidores destaca la figura, el carácter, la personalidad de aquella humildísima mujer guipuzcoana. Posiblemente por esto los empresarios del nuevo Cine de Arte y Ensayo han querido simbolizar con su nombre el espíritu de independencia -de justa y valiente independencia- que debe presidir la gestión directiva de una sala dedicada exclusivamente a la proyección de films raros, singulares o discutidos”.
(Foto del acceso a la sala Gaxen tomada en 1969 por Paco Marí, procedente de Kutxateka).
(Anuncio publicado en ‘El Diario Vasco’ el 1 de enero de 1969).
El Autor
El periodista donostiarra Mikel G. Gurpegui ha trabajado en ámbitos muy diversos, aunque quizás sea más conocido por dos de sus colaboraciones habituales en las páginas de ‘El Diario Vasco’, las críticas de cine y la sección ‘La calle de la Memoria’, en la que se acerca al pasado de la ciudad a través de la hemeroteca. Por primera vez, une ambas facetas, la cinéfila y la retrospectiva, en este blog, un proyecto de investigación, documentación y difusión apoyado por el Grupo Sade, protagonista y heredero de la historia de la exhibición cinematográfica en San Sebastián.