Cincuenta años del ‘minicine’ Amaya
Lo escribió Vidaurre en ‘La Voz de España’ al día siguiente de la apertura del cine Amaya, el 10 de noviembre de 1966: “Se inauguró ayer tarde, en sesión dedicada a autoridades, prensa y radio, este nuevo cine donostiarra sito en la calle Guetaria, 15, en el local que antaño ocupara el popular Centro Católico. Bien puede decirse que se trata de un ‘minicine’, ya que su aforo no llega a 300 localidades: 220 en el patio de butacas y 49 en el segundo piso. Esta instalado con buen gusto dentro de su sencillez, confortables butacas y elegantes cortinajes que dan un buen tono al salón originalmente iluminado. Asimismo son de elogiar sus instalaciones técnicas de proyección. Su empresario, don Antonio Ochoa -que ofreció un vino español, a los asistentes a la sesión inaugural- recibió muchas felicitaciones”.
Sí, el Amaya nació hace exactamente medio siglo. Y los donostiarras, acostumbrados entonces a salones de mayor aforo, lo recibieron como si fuera un cine casi de juguete, un ‘minicine’. Aunque en nuestro tiempo sus 269 localidades no se nos harían tan escasas, en su nacimiento la sala tenía cierto complejo de chiquita, si bien intentó hacer de la necesidad virtud en sus primeros anuncios, que indicaban: “Debido al reducido aforo de la sala, se advierte al público que efectúen oportunamente las reservas de localidades en evitación de aglomeraciones y molestias”.
El Amaya hizo cincuenta años atrás que las salas de cine donostiarras alcanzaran el número de quince. Las otras catorce que funcionaban en San Sebastián en noviembre de 1966 eran: Actualidades, Astoria, Bellas Artes, Kursaal, Miramar, Novedades, Novelty, Pequeño Casino, Principal, Príncipe, Rex-Avenida, Savoy, Trueba y Victoria Eugenia. Encontrarán más información sobre la apertura del entrañable Amaya, “la sala de la elegancia justa”, en esta otra entrada de nuestro blog.
(Anuncio publicado en el vespertino ‘Unidad’ el 9 de noviembre de 1966).
(Foto reciente del local en que se encontraba el Amaya, de MGG).
El Autor
El periodista donostiarra Mikel G. Gurpegui ha trabajado en ámbitos muy diversos, aunque quizás sea más conocido por dos de sus colaboraciones habituales en las páginas de ‘El Diario Vasco’, las críticas de cine y la sección ‘La calle de la Memoria’, en la que se acerca al pasado de la ciudad a través de la hemeroteca. Por primera vez, une ambas facetas, la cinéfila y la retrospectiva, en este blog, un proyecto de investigación, documentación y difusión apoyado por el Grupo Sade, protagonista y heredero de la historia de la exhibición cinematográfica en San Sebastián.