Así era el Príncipe antes de su reconversión
Cada vez nos cuesta más recordar con exactitud cómo era el antiguo teatro Príncipe con su única sala, el nacido en 1922 con aforo para 1.300 pespectadores. Se nos difumina su aspecto antes de que se reconvirtiera en multicine en 1995, antes de que su entrada pasase de la calle Aldamar a la plaza Zuloaga. Para reavivar nuestra memoria, publicamos hoy unas fotografías sacadas en 1994, cuando el antiguo Príncipe acababa de cerrar sus puertas (lo hizo en mayo de 1994, con ‘La lista de Schindler’) y se preparaba para unas largas obras de remodelación, que lo mantuvieron cerrado desde junio de 1994 hasta julio de 1995.
Estamos en el hall, donde mirando hacia fuera, hacia la calle Aldamar, vemos en la imagen superior sus puertas y cristaleras, tras las cuales se encontraban las dos taquillas, una a cada lado. Ya dentro del vestíbulo, podíamos acceder al patio de butacas o bien tomar las escaleras para acceder a sus pisos superiores, quizás para ir al ambigú.
No tenemos fotos de 1994 en que se aprecie en toda su amplitud el patio de butacas, pero sí de la pantalla y el escenario de aquel espléndido Príncipe de sala única.
Y de su famosa gran lámpara, conservada en parte en la actualidad, a la que ya nos referimos en otra ocasión.
Echamos un vistazo hacia arriba y atrás desde el patio de butacas, para apreciar las inolvidables decoraciones de sus balcones, aquel amplio anfiteatro de más de 300 asientos, y más arriba, la cabina de proyección, con los bancos de madera corridos a ambos lados, ocultos en la imagen tras cortinas.
Cómo ha cambiado todo. Un difícil ejercicio de imaginación y capacidad espacial: ¿Son capaces de situar estas imágenes en la actual estructura de diez salas del Príncipe?
(Fotografías de Paco Hernández).
El Autor
El periodista donostiarra Mikel G. Gurpegui ha trabajado en ámbitos muy diversos, aunque quizás sea más conocido por dos de sus colaboraciones habituales en las páginas de ‘El Diario Vasco’, las críticas de cine y la sección ‘La calle de la Memoria’, en la que se acerca al pasado de la ciudad a través de la hemeroteca. Por primera vez, une ambas facetas, la cinéfila y la retrospectiva, en este blog, un proyecto de investigación, documentación y difusión apoyado por el Grupo Sade, protagonista y heredero de la historia de la exhibición cinematográfica en San Sebastián.