Adiós al viejo Kursaal con Resnais… y el diablo

Hace ahora 45 años estábamos viviendo los últimos días del primitivo Gran Kursaal en funcionamiento. Tal día como hoy, el 28 de septiembre de 1972, aparecía en el anuncio que podemos ver arriba y que informaba sobre las últimas tres películas que pudieron verse en el desaparecido edificio de la desembocadura del Urumea. El teatro-cine del Gran Kursaal no tuvo despedida cinematográfica, puesto que sus últimas jornadas en activo programó ballet contemporáneo, con la compañía Anexa, y un recital de la soprano Victoria Canale en homenaje al padre Donostia.

Así que las últimas películas que se vieron en el vetusto edificio antes de su demolición (realizada en enero de 1973) fueron las proyectadas en su sala de arte y ensayo dedicada a Inesa de Gaxen desde enero de 1969. Las despedida de aquel fugaz pero intenso espacio dedicado a películas más audaces que las del cine comercial fue de lo más curioso, ya que se mezclaron películas ‘diabólicas’ con obras maestras.

Lo de las películas ‘diabólicas’ vino porque se celebraba entonces en San Sebastián el Primer Congreso Nacional de Brujología, motivo por el cual la Gaxen proyectó ‘La piel de satán’, ‘La máscara del demonio’, ‘La semilla del diablo’, ‘Repulsión’ y ‘Deus e o diabo na terra do sol’. Pero esos terroríficos títulos se alternaron con algunas obras maestras que habían tenido especial significado en los tres años y pico de trayectoria de la sala de arte y ensayo: ‘La soledad del corredor de fondo’, ‘El joven Torless’, ‘To Be Or Not To Be’, ‘Alexander Nevsky’ e ‘Hiroshima mon amour’. La obra de Alain Resnais había inaugurado la sala Gaxen y también la cerró, el 30 de septiembre de 1972, cuando se publicó este anuncio de despedida…