Adiós al Dunixi, “un mal negocio”
El Dunixi fue un cine a destiempo, una aventura a contracorriente. Cuando ya empezaba a adivinarse que las salas tendrían que menguar de tamaño, fue el último gran cine donostiarra, con nada menos que 900 asientos en su enorme (aunque insuficientemente inclinado) patio de butacas. Para mayor singularidad, aquella sala de reestreno no se situaba en un espacio más o menos céntrico sino en un barrio obrero, el de Egia. Para el resto de donostiarras quedaba lejos y en cuesta aquella sala del número 9 de la calle Virgen del Carmen.
Con aquellos condicionantes, el Dunixi no aguantó. Si el 23 de septiembre de 1967 había abierto sus puertas con ‘Rebelión a bordo’, tal día como hoy, el 22 de junio de 1977 vivió sus últimas proyecciones, con una comedia de Blake Edwards, ‘El nuevo caso del inspector Clouseau’.
El cine egiatarra desapareció discretamente hace cuarenta años. De hecho, en las carteleras de los periódicos apareció desde el 23 de junio la indicación de “cerrado” y sólo unos días después, el 26, encontramos en ‘La Voz de España’ el texto que encabeza esta entrada, que confirmaba la desaparición definitiva de lo que “desde el primer día resultó un mal negocio, posiblemente por su emplazamiento en un barrio, Eguía, que no necesitaba de tal”.
(Cartelera publicada por ‘El Diario Vasco’ el 23 de junio de 1977).
(Arriba, texto de ‘La Voz de España’, 26-VI-1977).
El Autor
El periodista donostiarra Mikel G. Gurpegui ha trabajado en ámbitos muy diversos, aunque quizás sea más conocido por dos de sus colaboraciones habituales en las páginas de ‘El Diario Vasco’, las críticas de cine y la sección ‘La calle de la Memoria’, en la que se acerca al pasado de la ciudad a través de la hemeroteca. Por primera vez, une ambas facetas, la cinéfila y la retrospectiva, en este blog, un proyecto de investigación, documentación y difusión apoyado por el Grupo Sade, protagonista y heredero de la historia de la exhibición cinematográfica en San Sebastián.