Programas del Kursaal (I): Viviendo el pasado

Seguimos deleitando la vista y la memoria con los programas de mano que nos han cedido una familia cinéfila donostiarra. Esta vez observamos las hojitas ilustradas que entregaban durante los años 40 en el Gran Kursaal (y, como la colección conserva tantas de este cine, dejaremos algunas para una segunda entrega).

Comenzamos con “la historia de un pueblo turbulento y orgulloso”, la inolvidable ‘¡Qué verde era mi valle!’ de John Ford con Walter Pidgeon y Maureen O’Hara, que mereció, como “inauguración de la temporada de cine” y ganadora de seis Oscar (de 1941, aunque no llegase aquí hasta septiembre de 1944), uno de aquellos bonitos programas doblados que se abrían por la mitad. (Y con mucho colorín, aunque la película fuese en blanco y negro).

 

Otro Oscar se llevaría, ya en 1946, Anne Baxter como actriz secundaria, por hacer de alcohólica en ‘El filo de la navaja’, que llevó a la pantalla del Gran Kursaal uno de esos repartos que resumen toda una época.

 

Prepárense para “lo más divertido e ingenioso que nos ha dado el cine”, según la siempre exagerada publicidad. Se trataba de la comedia granjera ‘El huevo y yo’, que se presentó en el cine de la desembocadura del Urumea en octubre de 1947, con Claudette Colbert (Premio Donostia cuatro décadas y pico más tarde) y Fred Mac Murray.

 

Pongámonos más serios. Con Susan Hayward ‘Viviendo el pasado’. Curiosamente, el programa no mencionaba que se trataba de una adaptación de Henry James.

 

Y palabras mayores. Una de las grandes películas de la historia del cine se proyectó en el primitivo Kursaal. Ponga la música hipnótica de Antón Karas y sepa que “usted acabará participando en la escalofriante caza de ‘El tercer hombre'”. (Fíjese en el detalle de que los productores aparecían más destacados que el propio director).

 

Lo dejamos (hasta una próxima ocasión) con una curiosidad. ¿Sabían ustedes que Fernando Rey había cogido el trabuco y el sombrero y había interpretado a un precedente de Curro Jiménez?

En este programa, como en otros, se aprecia que la parte impresa con imágenes en color venía hecha por una imprenta barcelonesa, mientras que aquí, en este caso en Editorial Guipuzcoana, se imprimía el reverso para indicar el nombre del cine donostiarra, en este caso el Kursaal.

 

(Programas de mano de sesiones del Gran Kursaal de los años 40 cedidos por una familia donostiarra aficionada al cine).