1975: Entre ‘Furtivos’ y el ‘sensunrround’

En la portada de los periódicos destacaban los partes de “el equipo médico habitual” sobre la salud de Franco en sus últimos días de vida, mientras en la cartelera de cine donostiarra de noviembre del 75 se vivían dos fenómenos. Por un lado, en el Miramar se proyectaba ‘Terremoto’, aquella emblemática película de catástrofes de los años 70 protagonizada por Charlton Heston que ofrecía una experiencia lo más parecida posible a vivir un verdadero terremoto. El sistema ‘Sensunrround’, desarrollado por la Universal y de fugaz vida, hizo añadir un equipo de sonido especial en el Miramar para amplificar los ruidos y simular las vibraciones del terremoto.

Unos salían temblorosos (y algo ensordecidos) del Miramar y otros conmocionados, aunque en otro estilo, del Príncipe, donde hace cuarenta años se proyectaba ‘Furtivos’. La brutal obra de José Luis Borau, tras obtener la Concha de Oro en el Festival, se convirtió en todo un fenómeno de taquilla en los últimos días con Franco y los primeros sin él. El 5 de noviembre de 1975, en la prensa local se destacaba que, en su cuarta semana en cartel, ‘Furtivos’ había sido vista ya por 50.000 espectadores en San Sebastián. Parecen muchísimos, pero aún serían más, puesto que la película con Lola Gaos y Ovidi Montllor permaneció en la pantalla del Príncipe ininterrumpidamente desde el 10 de octubre hasta el 1 de diciembre de 1975. (Por cierto, le sustituyó la revista ‘¡Ay, bellotero… bellotero!’ con Fernando Esteso).

Fuera de estos dos fenómenos, el 5 de noviembre de 1975 los donostiarras podían ver dos grandes películas, la segunda parte de ‘El padrino’, en el Astoria, y ‘Perfume de mujer’, la original con Vittorio Gassman, en el Trueba. El actor francés Jean-Louis Trintignant hacia doblete en el Novelty (‘Un hombre y una mujer’, junto con la inolvidable Anouk Aimée) y el Pequeño Casino (‘Les violons du bal’, en versión original subtitulada).

(Cartelera publicada el 5 de noviembre de 1975 en el vespertino Unidad).

(Anuncio de ‘Furtivos’ en El Diario Vasco del 5 de noviembre de 1975).