Nace el Príncipe, con la mayor lámpara de España

El 22 de julio de 1922 nació el teatro del Príncipe. Adelantándose en una semana a la muy esperada inauguración del Gran Kursaal, la empresa Arabaolaza y Compañía, gestionada por Mauricio Damborenea y Manuel Zuazola, puso en marcha la nueva sala, con entrada principal por la calle Aldámar, puesto que la plaza Zuolaga entonces estaba sin desarrollar.

Disponía de 1.324 localidades, 555 en su patio de butacas y el resto repartidas en proscenios, plateas, patios principales y secundarios, anfiteatro y galería. Se trataba del tercero de los teatros donostiarras diseñados por Ramón Cortázar, tras el Miramar y el Bellas Artes.

Al arquitecto se referían en la reseña que publicó ‘La Voz de Guipúzcoa’ el 23 de julio de 1922 sobre la inauguración de la víspera. “Al éxito de la representación se unió otro, muy entusiasta, para el arquitecto don Ramón Cortázar: el público, que era muy numeroso en las butacas y que llenaba palcos y pisos superiores, comentaba con gran elogio las condiciones de comodidad del teatro y la visualidad y alegría de su decorado”.

Un elemento llamó especialmente la atención de los primeros espectadores del Príncipe, “la monumental lámpara zenital que con arreglo al proyecto del señor Cortázar han construído con habilidad y arte extraordinarios los señores Terán y Aguilar de Madrid. Es la mayor lámpara fabricada en España, que aparece como joya en la bóveda del teatro”.

La nueva sala, que había sido visitada el día 19 por un selecto grupo en el que estaban el príncipe Pío de Saboya o los maestros Arbós y Esnaola, se abrió con una temporada de ópera, en la que subió el telón ‘Mefistófeles’, con Saco del Valle como director y el bajo Ángelo Masini Pieralli como protagonista. Tras un verano entre representaciones operísticas y funciones teatrales, el 15 de octubre de 1922 proyectaría el Príncipe su primera película, ‘Las dos sendas’.

(Imagen: tarjeta postal sin fecha, Koldo Mitxelena Kulturunea, Diputación Foral de Gipuzkoa).



'Nace el Príncipe, con la mayor lámpara de España' tiene 6 comentarios

  1. 22 julio, 2015 @ 11:03 am Amama Maite

    Este edificio lo recuerdo así, prácticamente como en la foto que traes. Y ha sido el signo de los tiempos perder todas estas maravillas, aunque concretamente este al menos ha sido conservado transformado en pequeñas salas, pero muy dignamente. Y con respecto a la gran lámpara, la mayor de España, (ahí queda eso), el grupo Sade tuvo el acierto de conservar y está en una de las salas de actual cine, la Nº 7. La verdad es que vista de tan cerca, paradójicamente no resulta tan enorme, pero en su emplazamiento original era espectacular.Y muy bien también haber conservado gran parte de la fachada de la C/Aldamar, aunque esté poco o nada utilizada esa entrada.
    Que bien lo pasamos con este blog, Mikel. Gracias de nuevo por tu trabajo.

    • 22 julio, 2015 @ 11:38 am juanluque58@hotmail.com

      La explicación respecto al tamaño de la lámpara de “araña” que se conserva actualmente es que se conservó solo una parte de la original.Era excesiva para la sala 7 y desproporcionada.La enendemos con las óperas principalmente.Un saludo.

  2. 23 julio, 2015 @ 12:18 am Iñaki

    ¡A ver si llegamos todos, empresa y ciudadanos al 22 de julio de 2022, para celebrar dignamente su centenario!

  3. 10 diciembre, 2015 @ 11:38 am La joya del Príncipe es la lámpara | Aquellos Cines Donostiarras

    […] la sala 7 es, pues, la parte central de aquella sobre la que, cuando se inauguró el Príncipe en julio de 1922, se dijo: “Es la mayor lámpara fabricada en España, que aparece como joya en la bóveda del […]

  4. 4 octubre, 2016 @ 8:51 am 2002: El Príncipe se estira hasta las diez pantallas | Aquellos Cines Donostiarras

    […] de 2002 empezó la tercera vida del Príncipe. La primera, ya lo sabemos, había tenido su inicio en julio de 1922, cuando nació el teatro-cine, con una sola sala, claro, y entrada por la calle Aldámar. La ‘segunda vida’ del […]

  5. 17 mayo, 2018 @ 8:52 am El primitivo Príncipe se despidió en blanco y negro |

    […] el Príncipe por la calle Aldámar, la que había sido su puerta de acceso desde su apertura en julio de 1922. Curiosamente, habían visto una película en blanco y negro, como tantas otras que se habían […]


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