Otra vez recordamos en Aquellos Cines Donostiarras la singular práctica de celebrar la Nochevieja en el cine, tomando las doce uvas junto con los demás espectadores durante un descanso de la proyección. Hoy evocamos algo menos llamativo pero que en la actualidad se nos haría impensable. Reconozcámoslo, la mañana del día 1 de enero, salvo en el caso de aquellos que tienen por costumbre subir al monte, es un tiempo de descanso de la larga noche, si no de clara resaca. En el mejor de los casos, apenas estamos tirados viendo la transmisión televisiva del concierto de Año Nuevo. Y, sin embargo, ¿qué mejor modo que empezar el año que yendo al cine?
Algunas veces se hizo, en aquellos tiempos en que las sesiones matinales eran más habituales. Hace medio siglo, el 1 de enero de 1968, que cayó en lunes, hubo dos opciones de ir al cine en la primera mañana del año, más bien mediodía, pues las sesiones empezaban a las 12 en punto. En el Pequeño Casino, entonces de sala única, proyectaron la película que tenían entonces en cartel para las sesiones infantiles, ‘La Cenicienta’ de Walt Disney. Y en el Victoria Eugenia, hasta ofrecieron en aquella sesión matinal especial de Año Nuevo un estreno, de la muy ye-yé ‘Los chicos del Preu’.
Desde Aquellos Cines Donostiarras les deseamos un año nuevo lleno de buenos momentos y mejor cine.
(Anuncio publicado en ‘El Diario Vasco’ el 31 de diciembre de 1967).
(Cartelera del 1 de enero de 1968, aparecida en ‘La Hoja del Lunes de San Sebastián’).
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