Hacía tiempo que no echábamos un vistazo a la colección de programas de mano que nos cedió una familia cinéfila donostiarra que prefiere permanecer en el anonimato. En otras ocasiones publicamos algunos de los programitas de películas que se entregaron en las taquillas del Principal, Pequeño Casino, Novedades, del Kursaal en dos entregas y del Príncipe (pinchando en el nombre de cada cine se accede a ellos). Esta vez nos detenemos en parte de los programas del Salón Miramar, con promesa de recuperar algunos más en una próxima ocasión.
Empezamos con el único que no pertenece a la década de los 40 sino que es un poco anterior. Y llama mucho la atención por su forma recortada y preciosa ilustración. Cómo no querer conocer a ‘La reina de Nueva York’…
De Nueva York saltamos al ‘Sargento York’, que le valió a Gary Cooper su primer Oscar en 1941 (aunque la película no llegó a nuestro Miramar hasta octubre de 1947).
Al comienzo de esta entrada hemos publicado la esplendorosa imagen de Rita Hayworth pasándose al pelo corto y rubio en ‘La dama de Shangai’. Fíjense en el detalle de que, aunque Orson Welles fuese guionista, director, protagonista y productor, sus problemas con la Columbia hicieron que inicialmente la película apareciera firmada por Sam Nelson, el actor que hacía de capitán del barco. Y fíjense también en como utilizaban el éxito de ‘Gilda’ en el reverso del programa.
Saltamos en nuestro repaso a dos películas muy dispares de 1945 que pasaron por el Miramar, ‘El retrato de Dorian Gary’ y ‘Que el cielo la juzgue’. ¡Cómo nos gustaba Gene ‘Laura’ Tierney!
Más grandes estrellas. Rosalind Russell hacía de siquiatra en la comedia ‘La dama se rinde’ (con curiosísimo programa).
Y la siquiatra le hubiese venido bien a Aurora Bautista en su papel Juana ‘la loca’ en una de aquellas grandes superproducciones de Cifesa, ‘Locura de amor’. Su programa de mano era de los que se doblaban y contenían muchas imágenes.
Hemos dejado para cerrar este recorrido por algunas películas que estrenó el Salón Miramar un título que ahora no nos puede faltar todas las Navidades, aunque se pudo ver por primera vez en primavera. Cuando llegó al Miramar el 10 de abril de 1948 ya sabían que “sin temor a equivocarse, se puede pronosticar que será admirada por todo San Sebastián”. ¡Búfalo no puede dormir…!
(Programas de mano cedidos por una familia cinéfila donostiarra).
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